Con una sombra de dolor empezó. La vida nos reclama algo bueno; siempre nos pide obras. Tu vales por lo que haces. Si eres malo, sólo eres un perjuicio. Un alma homicida clama dentro de mí, y la felicidad parece estar tan lejos, tan inalcanzable. La vida no es una vida si no se vive, y hoy temo vivir porque estoy muerto, sumergido en un mundo de desilusiones. No entiendo por qué todos los muertos se sepultan, y entonces viven; por qué quedan en la memoria solo los gestos de valor que cubren tantas experiencias repugnantes que hoy parece que solo yo las llevo en mente.
Muy dentro de mí, mi ser añora el día en que pueda ver la realidad, pero temo que sea mala, porque lo único bueno que me quedaba yace sepultado con una maldita lápida encima. Ya la vida no tiene sentido, y es por eso que no estoy vivo... porque no tengo el goce de vivir.
Ahora es cuando más comprendo que estoy más muerto que vivo.
PROFUNDIZACIÓN en un personaje del cuento ¿fué sólo un sueño? de Guy de Mauppassant.
Estudiante del grado 11º1
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